La ciudad sigue revelándose tal cual es... una vorágine de
bajos instintos, corrupción, decadencia y falsa moral. Es una ciudad en
la que no es posible la vida, ni siquiera para los animales más adaptados. Hay
algo que comprime la mente y el espíritu bajo el peso de toneladas de aire gris
plomizo y todo lo que acontece, invita a una reflexión sobre cual será nuestro
destino más inmediato.
Maravillosa!.
ResponderEliminarNo me gusta el espiritu bajo, si la reflexión.
Por favor, que reflexionemos que tenemos y hacia donde vamos.
Esta idea la has plasmado estupendamente.
Un abrazo y feliz puente.
Hooola Cesar, agradezco tus palabras, pero no es espíritu bajo son pequeñas píldoras de realidad.
EliminarFeliz puente para ti tambien!!!
:)
Un abrazo!!!!