Cuando la música sale del alma



Tus ojos me hablan, además de tu vida, tambien de tu música.

Música que se creó para vivir, para decir quien eres,
de donde vienes y a quien amas...

(por favor, escucha este tema de Yann Tiersen creo que pocas cosas
tan bellas peden crearse. Perdonad por la publi, es inevitable.)

Uno de esos días


Parece que al final del día algo se tuerce
pero ahora estoy preparado.

Cojo las riendas apretándolas entre mis dedos,
miro al frente y reconozco el rostro de mi corcel,
un corcel llamado Karma.

Por unos instantes siento temor y desesperanza
pero armándome de valor le susurro al oido,
le suplico que su galopar sea suave, como el viento,
y le prometo que estaré junto a el hasta que lleguemos
al final del camino, a veces temeroso, pero con el
empeño de un aprendiz que quiere saberlo todo
y que siempre sabrá escuchar, lo que casi todo el mundo
solo es capaz de oir.

Cabalga al atardecer, trota por la senda
en la que germina una semilla,
la que durante toda su vida mira al cielo,
la que me hará entender el por qué en estos días
sólo nos consuela mirar hacia arriba.

Homenaje a GOYA





Hoy hace casi dos años de la demolición del
cine Goya en Granada.

Personalmente he vivido aquí días inolvidables
cuando mi padre nos llevaba a mi y a mis hermanos
algunas tardes de sábado, todos cogidos de la mano y
con ese gusanillo en el estómago que producía
el hecho de vivir en familia una tarde de cine.

Nuestros padres también vivieron sus momentos
inolvidables cuando abrazaban a sus novietas
en plena complicidad con la oscuridad e intentaban,
con todas las artes a su alcance arrimarse lo más
posible hasta casi quedar sin respiración.

Por ello y para que sirva de recuerdo y homenaje
a lo que quedo de aquellos maravillosos años.

Karma



Cada acción u omisión tiene su justo precio,
su consecuencia equivalente.
Nada queda al azar, todo se crea y se expande
en función de un momento primigenio.

Tendencia al equilibrio.
Libre albedrío.

Aprendizaje, camino, sabiduría, temple.
Todo queda a la vez que nada permanece.

Las raices del cielo