REFLEJOS EN LA METRÓPOLIS. El nacimiento de la ciudad crítica. XII

















La ciudad del Mañana. Tres grandes avenidas dan la entrada a la ciudad. Cada viajero debe elegir una y debe elegir bien. Podríamos decir que cada avenida la forman invisibles e infinitos presentes posibles. En un ejercicio cuántico de decisión, intuiremos cual será la ruta ideal para conseguir nuestras espectativas de futuro. De todos modos no son caminos construidos sobre materia tangible, sino sobre un campo de infinitas posibilidades, así que, posiblemente yo, en este momento no esté caminando por las mismas calles por las que tu transitas; pero seguro que coincidiremos en algún punto no físico de esta ciudad. Hasta entonces, FELIZ CAMINO!!!

REFLEJOS EN LA METRÓPOLIS. El nacimiento de la ciudad crítica. XI




























La ciudad transparente. Esta urbe solo puede habitarla el sincero y el honesto. Aquí la clase política deja adivinar a sus electores cual es su fin verdadero como gobernante, la casta religiosa expone a la luz pública todos sus negocios e intenciones, para que así, los sumisos fieles, conozcan el destino de sus inversiones, el empresario trata a su empleado como a sí mismo…

Pero lo más extraño, es que en esta ciudad, donde la luz inunda todos los rincones, donde todas las necesidades básicas quedan satisfechas…
NO VIVE NADIE.

REFLEJOS EN LA METRÓPOLIS. El nacimiento de la ciudad crítica. X


La ciudad del comercio. En este lugar reina una incesante actividad de compra-venta de todo lo que puede y no puede ser medido y pesado. Toda su actividad está controlada por grandes edificaciones de corte piramidal; dichas edificaciones cumplen una doble función, son el centro neurálgico donde se planifican las grandes estafas de la ciudad y a su vez son centros de formación religioso-comerciales, donde la clase politico-religiosa crea y ensaya estrategias de sometimiento y refuerzan su laxa moral con actos de falsa bondad y cobardía.

Es la única ciudad del mundo en la que está permitida la hipocresía espiritual, aunque mucho me temo que tiene una política de expansión peligrosamente activa.


REFLEJOS EN LA METRÓPOLIS. El nacimiento de la ciudad crítica. IX



En todo su perímetro se levantan muros, diferentes, ilimitados. Su forma varía según la calidad y la cantidad de los “valores” que los “ciudadanos” pretenden proteger. Son límites físicos pero también pseudomorales que son los que más separan, un reflejo del sentimiento de las masas; se construyen con decadencia, hipocresía, clasismo y la creencia de que todo contamina.

Y como eternos centinelas inanimados, se levantan torres que vigilan y alertan, que no están dispuestas a pasar por alto la afrenta de la cercanía, que están dispuestas a vomitar el fuego de la intolerancia al más leve signo de comunicación.


Este es el primer muro y la primera de sus vergüenzas.

REFLEJOS EN LA METRÓPOLIS. El nacimiento de la ciudad crítica. VII


























No alcanzo a divisar a mi alrededor más que grandes extensiones de tierra yerma en las que aparece de nuevo el germen de la colonización. Apostados en edificios de aspecto casual, los nuevos gobernantes dejan adivinar las crecientes ansias de control y poder;  y lo que es más preocupante la sensación de que todo se dirige, nada más nacer, al mismo punto, al mismo Apocalipsis.

REFLEJOS EN LA METRÓPOLIS. El nacimiento de la ciudad crítica. V


























De infinitos mares de alquitrán emergen figuras embozadas en capas negras, capas que quizás las protejan de su propia visión. Avanzan con dificultad por extensiones de oscuro engrudo, guiadas por una rutina sin fin ni fundamento, simplemente caminando, con deambular taciturno, sin destino ni lugar. Mientras tras de ellas, vigilantes, se elevan torres y edificios, inhumanos, del mismo modo que marchitas espigas de trigo luchan por alcanzar un furtivo rayo de luz que las devuelva a la vida, rasgando el enjuto cielo, a la espera del alimento celestial que desde hace tiempo no brota de sus pechos, vacíos por la avaricia de la especie.


REFLEJOS EN LA METRÓPOLIS. El nacimiento de la ciudad crítica. IV

























La ciudad sigue revelándose tal cual es... una vorágine de bajos instintos, corrupción, decadencia y falsa moral. Es una ciudad en la que no es posible la vida, ni siquiera para los animales más adaptados. Hay algo que comprime la mente y el espíritu bajo el peso de toneladas de aire gris plomizo y todo lo que acontece, invita a una reflexión sobre cual será nuestro destino más inmediato.